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Ainhoa Patiño trabaja en la gestión de proyectos en el Área de Administración de la sociedad pública Sodena
«Nuestro esfuerzo comunicativo tiene que ir destinado a contar qué hacemos, cómo lo hacemos y, por supuesto, qué resultados hemos obtenido»
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Ainhoa Patiño se formó en Secretariado y Administración de Empresas (ISSA) en la Universidad de Navarra. En 1993 inició su andadura profesional en el despacho de Pamplona de Arthur Andersen (hoy Deloitte) como secretaria bilingüe. Posteriormente pasó a desarrollar labores administrativas de exportación en la empresa navarra Frenelsa y trabajó como secretaria de dirección en la empresa Nissan Forklift España, S.A. (ahora Unicarriers).


Durante la legislatura 2003-2007 formó parte del gabinete del Consejero de Industria y Tecnología, Comercio y Trabajo del Gobierno de Navarra y en agosto de 2007 se incorporó a Sodena en el Área de Administración.

 

¿Cómo comenzó tu andadura profesional en Sodena y qué áreas has ido incorporando en tu día a día desde entonces?

 

Me incorporé a Sodena en septiembre del año 2007 como parte del departamento de administración y con funciones de staff de dirección. Previamente, durante la legislatura 2003-2007, trabajé como auxiliar en el gabinete del consejero del entonces Departamento de Industria, Comercio, Turismo y Trabajo de Gobierno de Navarra. En 2012, cuando Sodena decidió asumir internamente temas relacionados con la comunicación externa, pasé además a formar parte del equipo de comunicación, que cuenta con  una gran visibilidad de las actuaciones y decisiones en este ámbito. En la actualidad sigo compaginando ambas competencias.

 

Antes de formar parte de Sodena, términos como start up, participadas o capital riesgo, ¿te resultaban familiares?

 

Sodena ha mantenido, y lo hace también en la actualidad, un estrecho contacto con el departamento de Industria/Desarrollo Economico del Gobierno de Navarra. Por ello, ya cuando trabajaba en el gabinete comencé a familiarizarme con estos términos. No obstante, es verdad que antes de este acercamiento esos conceptos no me resultaban tan familiares.

 

Si tuvieras que explicar a alguien “pagano” en la materia a qué se dedica Sodena de un modo muy sencillo, ¿cómo lo harías?

 

Sodena hace posible que un proyecto empresarial que tenga un modelo de negocio viable pueda iniciarse, lanzarse, crecer o consolidarse en Navarra. Sodena le acompaña y le aporta financiación. Además, coordinamos -por indicación del Gobierno de Navarra- la Estrategia de Especialización Inteligente regional: una colaboración público-privada que busca la mejora socioeconómica de Navarra poniendo el foco en aquello en lo que somos competitivas.

 

¿Qué tres cualidades destacarías del servicio que ofrece tu empresa en general a la sociedad navarra?

 

Resaltaría la profesionalidad, la cercanía y la transparencia. Y me gustaría añadir una cuarta: la empatía hacia quien nos necesita.

 

Formas parte del equipo de Comunicación de las sociedades públicas, ¿crees que comunicamos de modo adecuado, y suficiente, tanto interna como externamente?

 

En concreto en Sodena diré que sí, que comunicamos de modo adecuado desde el momento en el que informamos puntualmente de lo que hacemos, estamos en aquellos canales en los que también está presente nuestro público objetivo e intentamos hacerlo de una manera inclusiva y transparente. Esto último incluso antes de que nos obligasen por ley. Además, atendemos todas las peticiones parlamentarias que nos llegan a través del Gobierno de Navarra. Y en cuanto a si es suficiente, seguro que tenemos camino que recorrer tanto interna como externamente. Para ello trabajamos diariamente.

 

Sodena es una de las dos sociedades públicas que tienen en el puesto de gerencia a una mujer, y en vuestro equipo hay un número nutrido de mujeres directivas. ¿Crees que está realidad está cambiando también en otras empresas –públicas o no- o consideras que está casi todo por hacer en este ámbito?

 

Así es. De hecho, nuestra plantilla es mayoritariamente femenina. La verdad es que desconozco la realidad de otras sociedades públicas, pero en general queda mucho por hacer en este ámbito a nivel laboral y, sobre todo, a nivel social en relación con la consideración de la mujer y de sus derechos. Ambos ámbitos deben ir de la mano.

 

En tu entorno más cercano, ¿se conoce la existencia y la función de las sociedades públicas, o se conocen lo suficiente? ¿Y de la propia Sodena?

 

En mi entorno más cercano se conoce y, si no es así, me empeño en ello. Espero trasladarlo de manera efectiva. En relación a Sodena, por supuesto que la conocen.

 

¿En alguna ocasión te ha tocado escuchar comentarios negativos en torno a las sociedades públicas?

 

Tengo que decir que sí porque, por un lado, cuando se menciona la palabra público o pública parece que nos pica más el bolsillo. Por otro lado, porque se deduce erróneamente que pertenecemos al funcionariado, el cual no siempre tiene buena prensa. De hecho, somos todo lo contrario: en Sodena trabajamos con una mentalidad de empresa privada. Toda la plantilla provenimos de ese sector y nos ha tocado “estar al otro lado”.

 

¿Qué aspectos consideras que debemos mejorar para cambiar las percepciones negativas que pueden tenerse sobre las empresas públicas?

 

Debemos seguir comunicando lo que hacemos, aunque muchas veces tengamos la sensación de que somos solo una lluvia fina “que no termina de calar”. En nuestro caso, nuestra función es la de ayudar a que ningún proyecto empresarial deje de hacerse realidad por falta de financiación. Nuestro esfuerzo comunicativo tiene que ir destinado a contar qué hacemos, cómo lo hacemos y, por supuesto, qué resultados hemos obtenido. Luego la “pelota” de la percepción sobre quiénes somos y qué hacemos quedará en el tejado del público que nos lee.

 

En todo caso, no quiero terminar esta entrevista sin hacer hincapié en el papel fundamental de los medios de comunicación. Desde aquí les animo a darnos eco y a contactar con Sodena para ampliar cualquier información que necesiten. Todo ello redundará en transmitir la imagen de un tejido empresarial fuerte y competente, como el que tenemos en Navarra.

las autoras del artículo. De izquierda a derecha, Nerea Azpilicueta y Susana Pedrosa.
Mujeres visibles: una carrera de fondo
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La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió institucionalizar el 8 de marzo de 1975 como el Día Internacional de la Mujer. Posteriormente, en 2015, proclamarían el 11 de febrero como “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia”. El hecho de que 40 años después, en pleno siglo XXI, aún se tengan que “celebrar” estos acontecimientos, cuando solo en el ámbito de la ciencia y tecnología trabajan millones de mujeres desde hace años, resulta cuando menos llamativo.

 

Ser licenciada en Biología (Susana Pedrosa), haber realizado una tesis doctoral en Genética y llevar más de 14 años aplicando mis conocimientos en NASERTIC ha hecho que estos días –ante las reivindicaciones en distintos medios y foros por la escasez de mujeres en el ámbito de las STEM- vuelvan a mi memoria recuerdos no muy positivos, como los comentarios de un profesor de matemáticas del instituto sobre la “imposibilidad cerebral” de las mujeres de desarrollar “trabajos intelectuales de carácter científico”. O las sugerencias -también provenientes de otras mujeres-, de la prioridad de ser madre frente al desarrollo profesional (¡como si hubiera que elegir!). A pesar de todo, hoy en día las mujeres “firmamos” alrededor del 30% de los avances científicos de todo el mundo. Un avance que no debe hacernos obviar las barreras e impedimentos que dificultan todavía nuestra presencia en la ciencia y tecnología.

 

Barreras que, es justo reconocer, no todas las mujeres perciben. Es el caso de Nerea Azpilicueta, responsable del Área de Servicios de Telecomunicación de NASERTIC. Para ella (que también firma este artículo), no haber tenido hermanos varones quizá influyó en que a su hermana y ella les educaran en casa en igualdad.  Nunca escuchó que hubiera carreras “de chicas” y “de chicos”. Y cuando, con 16 años, compartió con su padre el sueño de ser piloto de aviones, no solo no se lo quitó de la cabeza, sino que le animó y acompañó en su propósito. Tampoco ha percibido discriminación por ser mujer ni cuando comenzó a estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones ni cuando se incorporó al mercado laboral, hace 22 años, en un “mundo de hombres”. No obstante, el solo hecho de que convirtamos en excepcional algo que debería ser natural también invita a la reflexión.

 

A este respecto, el Foro Económico Mundial (FEM) reflejó en su último Informe Anual de Brecha Global de Género que aún tendrán que pasar 257 años para que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades económicas. Recientemente, Juan Cruz Cigudosa -Consejero de Universidad, Innovación y Transformación Digital y Presidente de NASERTIC- alertó de que, en Navarra, el porcentaje de alumnas que cursa estudios de Bachillerato en Ciencia y Tecnología oscila entre el 9% y el 12%. Sobre el porqué de esta desigualdad, comentó que se debe a la falta de "referentes" y "modelos femeninos a seguir".

 

Hoy las mujeres obtienen mejores resultados académicos en colegios, universidades y oposiciones. Es decir, en pruebas objetivas. Sin embargo, siguen sin alcanzar, en la misma proporción, puestos de dirección en empresas. En 2018-2019, el 55% de estudiantes universitarios españoles eran mujeres, pero según un estudio del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades solo el 40% de las mujeres universitarias tiene contrato indefinido a los cuatro años de graduarse, frente al 60% de los hombres, que además poseen salarios muy superiores.

 

Como explica Malcolm Gladwell en el libro “Blink, Inteligencia intuitiva”, tardamos dos segundos en poner en marcha un complejo mecanismo de decisión en el que intervienen creencias, prejuicios y estereotipos que nos condicionan en la toma de decisiones, sin ser siquiera conscientes de ello. Es contra estos prejuicios inconscientes contra los que debemos luchar, visibilizando a mujeres que nos sentimos realizadas en nuestros ámbitos profesionales (antes mayoritariamente de hombres), de forma que reprogramemos todo nuestro sistema de creencias y conexiones neuronales.

 

No obstante, esta reprogramación es una carrera de fondo, que hay que recorrer tanto a nivel individual como social. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), “la ciencia y la igualdad de género son fundamentales para el desarrollo sostenible”. Hombres y mujeres somos complementarios y es necesaria la aportación y visión de ambos a todos los niveles para que la sociedad avance. Por tanto, no es un “problema de mujeres”. Confiemos en que el retroceso sufrido en el número de mujeres que estudian carreras y grados de formación profesional técnicos-los más bajos en años- sea simplemente un paso atrás para coger impulso y asentar un cambio que comenzó hace años y que esta sociedad necesita.

 

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