Vivimos tiempos que están cambiando profundamente nuestra percepción del mundo que nos rodea. La crisis sanitaria, económica y social de la COVID 19 no ha sido una pesadilla pasajera, sino que este otoño nos ha dejado claro que el golpe es profundo y el impacto de largo alcance.
Por eso, más allá de lo inmediato, las empresas deben pensar a medio plazo, algo sin duda difícil en unos tiempos de tanta incertidumbre. Sin embargo, no hay otra forma de asegurar el futuro. En Sodena, como socio activo de 108 proyectos empresariales, sabemos que los caminos que se abren hoy tardan en dar sus frutos y que se debe compaginar lo urgente con lo importante.
Nuestras empresas apoyadas nos importan, pero también el resto de las compañías que están sufriendo impactos en la Comunidad que guían nuestras actuaciones, adecuándonos al nuevo escenario, estudiando cada caso y activando soluciones rápidas y flexibles.
El sector privado necesita rapidez en la respuesta. Como entidad al servicio del desarrollo de Navarra, Sodena ha demostrado estos meses su capacidad para conectar y responder a las preocupaciones.
La renovación de los acuerdos con las sociedades de garantía recíproca Elkargi y Sonagar para facilitar la financiación de empresas y personal autónomo; el programa de préstamos de hasta 15 millones; o la línea de avales de hasta 10 millones para paliar los efectos socioeconómicos de la pandemia son buenos ejemplos de la agilidad de Sodena al servicio de nuestra Comunidad. Sin olvidar la flexibilidad que permitió una estrecha colaboración y apoyo para la gestión de compra de EPI tanto para Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, como para el tejido empresarial navarro.
Lo urgente era paliar la falta de recursos y de liquidez. Y se ha hecho un esfuerzo ímprobo y Navarra lo va a continuar haciendo, para que el tejido productivo gane tiempo hasta la llegada de los tan ansiados fondos europeos a partir, como muy pronto, de la próxima primavera. Unos fondos que ayudarán sin duda a la recuperación y a la mejora de la competitividad de nuestras empresas. Se estima que la movilización de dinero en la economía real puede superar los 13.000 millones de euros gracias al efecto multiplicador de la inversión pública.
Hasta entonces, las medidas adoptadas son también una señal de confianza en los equipos rectores que luchan por mantener sus organizaciones a flote. Navarra se juega mucho en respaldar a su tejido empresarial. Porque, cuando el temporal amaine, son las empresas las que generarán empleo y riqueza.
Ahora bien, lo urgente no nos debe apartar la vista de lo importante: fijar un rumbo conjunto como sociedad para facilitar la adaptación a los cambios que la nueva situación ha acelerado. Hablamos de la digitalización, la movilidad sostenible, la transición energética, la alimentación saludable y de cercanía, la medicina personalizada, la economía del conocimiento…
En muchas de esas áreas hay oportunidades en las que ya se estaba trabajando, en sintonía con la Estrategia de Especialización Inteligente de Navarra, y que han sido recogidas en el Plan Reactivar Navarra-Nafarroa Suspertu 2020-2023. Además, como antes mencionaba, la Comunidad foral va a optar a los fondos europeos previstos en el Next Generation EU, en la confianza de alimentar los numerosos proyectos que se alinean con la estrategia como territorio antes mencionada y pactada con los agentes sociales.
En todo caso, y aunque la Administración puede servir de palanca, esos proyectos solo cobrarán vida si el dinamismo, el vigor, el compromiso y la audacia del empresariado y de los equipos directivos les dotan de alma. Nos estamos jugando definir nuestro futuro de crecimiento, precisamente en estos momentos oscuros.
Los empresarios y empresarias, emprendedoras y emprendedores, personal de dirección cuentan con Sodena para facilitar el desarrollo de sus proyectos, en nosotros encontrarán un aliado para afrontar sus dificultades de lanzamiento, de crecimiento, necesidades de capitalización y, por supuesto, un acompañamiento sincero y un compromiso sostenido. Nos sentimos corresponsables de la trascendente tarea de reparar el daño que ha sufrido el tejido empresarial que en Navarra está muy vertebrado y cohesionado a lo largo del territorio, y asegurar su sostenibilidad futura.
El último informe sobre “Impacto Socioeconómico de la actividad de capital riesgo de Sodena (1984-2018)” reflejaba que las empresas apoyadas en ese periodo han tenido una tasa de crecimiento de empleo del 94 % frente al 44 % calculado para el total de las sociedades navarras para el mismo periodo. Son datos que demuestran que esta entidad pública es un acierto colectivo para Navarra, más allá de las sombras de las que ninguna organización o persona escapa.
Por eso, en tiempos de tanta zozobra, tanto el empresariado local, como los equipos directivos de multinacionales, que periódicamente visitamos dentro de nuestro programa “Aftercare”, saben que las y los profesionales de la Sociedad de Desarrollo de Navarra estaremos a su lado para superar las dificultades.
A nadie se le escapa que 2021 va a ser un año difícil para el tejido económico y empresarial. Por eso, hay que comenzar sin demora a trazar el camino hacia el lugar al que queremos llegar cuando esta crisis termine. Más que nunca, en estos tiempos de incertidumbre, en Sodena estamos para seguir construyendo la empresa navarra con sus líderes y profesionales. Porque son la mejor garantía para el futuro desarrollo económico de Navarra.
Publicado por Diario de Navarra el viernes, 27 de noviembre de 2020.