Este mes de abril ha entrado en vigor la Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética recientemente aprobada por unanimidad por el Parlamento de Navarra. Se trata de una ley ambiciosa, con medidas concretas y que supone un importante hito puesto que nos permite dar un salto cualitativo, de las palabras a los hechos; de la concienciación y el establecimiento de objetivos a regular acciones dirigidas a cumplirlos. La aprobación de esta ley es el broche a un importante trabajo técnico y político desarrollado desde el inicio de la legislatura, pero, sobre todo, es una herramienta fundamental para Navarra y que la mantiene a la cabeza de las regiones en políticas medioambientales dando respuesta a las exigencias de una ciudadanía comprometida con la emergencia climática.
Y digo “mantener” a la cabeza porque Navarra continúa trabajando en importantes proyectos como el LIFE NAdapta, el primer LIFE integrado de una región en Europa, y que nos está permitiendo durante 8 años (2017-2025), conocer mejor nuestro territorio frente al cambio climático, para hacerlo más resiliente frente a sus amenazas. LIFE NAdapta es un proyecto ambicioso, integrado y transversal para el desarrollo de medidas de adaptación al cambio climático en distintas áreas de actividad de nuestra comunidad.
Gracias a NAdapta conseguimos conocer, medir y seguir la evolución del clima y su efecto en Navarra mediante un portal de indicadores, totalmente público, muy completo y actualizado, y con el estudio de los posibles escenarios climáticos. Los distintos equipos técnicos del Gobierno de Navarra y sus sociedades públicas desarrollan diversas acciones de adaptación al cambio climático en el ámbito de la gestión del agua, de la gestión forestal, de la agricultura y ganadería, de la salud humana, y de las infraestructuras y el paisaje.
Así, por ejemplo, en el sector del agua se están elaborando nuevos protocolos de emergencia frente a inundaciones, con sistemas de alerta y herramientas de gestión digitales. En el sector de bosques, además de trabajar aspectos relativos a los incendios, se han identificado las áreas más vulnerables al cambio climático y se conservan semillas de las especies más resilientes. En agricultura y ganadería, se están recuperando variedades antiguas más adaptadas a las nuevas condiciones climáticas, se ponen en marcha sistemas de alerta de plagas y de enfermedades emergentes, y se desarrollan iniciativas de prevención de riesgos forestales gracias a la colaboración entre la ganadería extensiva y la gestión forestal (silvopastoralismo). En cuanto a la salud humana, las amenazas climáticas pueden ser muy negativas para las personas y, por ello, se están mejorando los sistemas de seguimiento, de alerta y los protocolos de actuación gracias a las nuevas tecnologías, pero también a la formación, tanto del público en general, como del sector laboral. En el ámbito urbano, se han puesto en marcha sistemas de drenaje sostenibles de aguas pluviales y se adapta el patrimonio construido a las nuevas condiciones energéticas y de confort en los edificios y viviendas públicas, pero también en las calles y plazas. En el paisaje, estamos conociendo cuáles son los más singulares y los más sensibles y estamos trabajando en su gestión y conservación ante el calentamiento global.
Es cierto que el cambio climático no se resuelve solo a nivel regional, pero la aportación de las regiones y, a más pequeña escala, de los municipios, es importante; todo suma. En Navarra, NAdapta aporta una ayuda y un acompañamiento directo a cada municipio para desarrollar planes de acción de clima y energía sostenible (PACES) particulares, para cada uno de ellos, con medidas específicas de mitigación y de adaptación. Mediante la relación con cada municipio se consigue una relación más directa con la ciudadanía, conocer sus inquietudes y necesidades.
Como decía, el proyecto NAdapta es un vector de coordinación entre los Departamentos y otras entidades del Gobierno (en este caso, están involucradas hasta cuatro sociedades públicas, GAN-NIK, INTIA, NILSA y Nasuvinsa, integradas en la Corporación Pública Empresarial de Navarra) para la inclusión de las políticas de cambio climático en la planificación sectorial y el desarrollo de sinergias frente a retos complementarios como las estrategias europeas del Pacto Verde Europeo, los fondos Next Generation, el Climate Pact y, por supuesto, los objetivos ODS2030.
Es una colaboración que merece la pena destacar porque la lucha contra el cambio climático es un reto complejo que requiere de ese trabajo transversal y que ha sido clave, no solo en NAdapta, sino también en la elaboración de la mencionada Ley Foral de Cambio Climático y Transición Energética aprobada por unanimidad; dos grandes herramientas para la reducción de gases de efecto invernadero y para la adaptación de nuestro territorio que reafirman el compromiso de Navarra con el clima.
Tribuna publicada en EFE Verde el 21 de abril de 2022.