El consejero de Cohesión Territorial, Óscar Chivite, ha inaugurado esta mañana tres nuevas depuradoras en Espronceda, Ázqueta y Labeaga, que dotan a las localidades de Tierra Estella de un completo y adecuado sistema de depuración de aguas residuales. 

Las obras, que han contado con una inversión de 1,3 millones de euros, han sido financiadas en su totalidad por NILSA, sociedad pública del Gobierno de Navarra adscrita al Departamento de Cohesión Territorial y en colaboración con la Mancomunidad de Montejurra. 

En su visita, el consejero Chivite ha recalcado que «la puesta en marcha de estas depuradoras es un paso fundamental para garantizar el acceso a agua de alta calidad para nuestros ciudadanos. Este proyecto refleja nuestro compromiso con la gestión sostenible del agua, un recurso vital para el desarrollo de nuestras comunidades y para la preservación de nuestro entorno natural, ya que permiten una mayor eficiencia en el uso de los recursos hídricos, alineándose con los objetivos de sostenibilidad del Gobierno de Navarra».

También ha puesto en valor la innovación tecnológica en la gestión del agua y la importancia de continuar invirtiendo en infraestructuras que garanticen el bienestar de la población. «La tecnología nos ofrece herramientas poderosas para gestionar nuestros recursos de manera más inteligente y sostenible. Estas depuradoras son un claro ejemplo de cómo podemos utilizar la innovación para mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos y proteger nuestro medio ambiente».

En la visita también han estado presentes el director general de Administracion Local y Despoblación del Gobierno de Navarra, Jesús Mari Rodríguez, el director gerente de Nilsa, Fernando Mendoza, representantes de la Mancomunidad de Montejurra, y de los ayuntamientos y concejos de la Merindad de Estella. 

La presidenta de la Mancomunidad de Montejurra, Susana Castanera, ha subrayado en su intervención su «compromiso con la justicia social y ambiental, señalando que el progreso económico debe ir de la mano con la sostenibilidad y la protección del planeta». También ha destacado que «estas depuradoras son un ejemplo concreto de cómo avanzar en esa dirección, proporcionando servicios de calidad a la ciudadanía sin comprometer el bienestar de las futuras generaciones». Asimismo, desde la Mancomunidad han manifestado que se trata de una inversión en el futuro de los pueblos y ratifican su compromiso para asegurar que todas las localidades de su ámbito de actuación, por pequeñas que sean, dispongan de un sistema de depuración adecuado.

Las depuradoras al detalle

La Depuradora de Espronceda, cuyo presupuesto asciende a 708 mil euros y que dará servicio a 101 habitantes censados en la localidad y 50 habitantes estacionales, cuenta con dos zonas de depuración. La Zona de Tratamiento Primario se ubica en la parcela 532 del polígono 1 de Espronceda, con una superficie de 234 m², de las cuales 98 m² están hormigonados. Consiste principalmente en un Imhoff de 3 metros de diámetro y casi 6 metros de altura, que recoge las aguas residuales de las dos vertientes de la localidad. La Zona de Tratamiento Secundario está situada en la parcela 877 del polígono 1 de Espronceda y dispone de una superficie de 857 m² con 403 m² hormigonados, conformada por un filtro biológico tipo doble din-don y un tanque Imhoff secundario. La construcción de los colectores de aguas residuales hasta la Zona Primaria y Secundaria ha sido compleja, con casi 1.000 metros de conducción y la ejecución de tres hincas dirigidas. 

La depuradora de Ázqueta dará servicio a una población de 50 habitantes que no contaban con ningún sistema de depuración. La nueva infraestructura, con un coste de 135.756 euros y que está situada en la parcela 757 del polígono 2 de Igúzquiza, tiene una superficie de 125 m² y está equipada con un tanque Imhoff de 2,50 metros de diámetro y 5,50 metros de altura, una arqueta de entrada y un pozo de registro de salida. 

Labeaga, una localidad de 30 habitantes, recogía sus aguas fecales en dos fosas sépticas muy antiguas. La nueva depuradora, que se sitúa a 500 metros del casco urbano en la subparcela 405A del polígono 5 de Igúzquiza y vierte las aguas depuradas al río Ega, está equipada con un tanque Imhoff de 2,50 metros de diámetro y 5,54 metros de altura, una arqueta de entrada y otra de salida, y colectores con una longitud total de más de 1700 metros. El coste del proyecto ha ascendido a 470.000 euros.

Con la puesta en marcha de estas depuradoras, Navarra da un paso más hacia la consolidación de un sistema de abastecimiento y saneamiento de agua robusto y resiliente, capaz de enfrentar los desafíos presentes y futuros. El Gobierno de Navarra reafirma así su compromiso con la salud pública, la sostenibilidad y el desarrollo territorial, garantizando que todos los navarros y navarras tengan acceso a un recurso tan esencial como el agua de calidad y protegiendo, además, los ecosistemas acuáticos locales. 

Noticia original de www.navarra.es