Afirmar que el sector público empresarial de Navarra es uno de los más saneados, equilibrados y sostenibles del Estado podría sonar pretencioso si no fuera porque las cifras así lo van demostrando con el paso del tiempo (consolidación de los más de mil millones de euros de activos gestionados, progresiva reducción de la deuda, EBITDA positivos, 85% de empleo fijo, etc.). Todo ello fruto de un gran esfuerzo y sacrificio impulsado por los/as profesionales del sector en los últimos años, lo que nos permite afrontar el futuro en una posición de fortaleza.
Pero empecemos por el principio. ¿Cuál es el terreno de juego en el que se mueven las sociedades o empresas públicas de Navarra? ¿Qué peculiaridades y condicionantes tenemos que tener en cuenta a la hora de valorarlas?
Haciéndolo breve, son sociedades públicas aquellas en las que la participación de la Administración Foral, de forma directa o indirecta, sea superior al 50%. Además, es preciso traer a colación un segundo concepto generalmente desconocido como es el de ‘entes instrumentales’, que son aquellos que dedican más del 80% de sus actividades al ejercicio de funciones que le hayan sido confiadas por la Administración Foral. Téngase en cuenta que la mayoría de las empresas públicas de Navarra tienen esta consideración, es decir, en la práctica funcionan como cualquier otra sección del Departamento del Gobierno de Navarra al que están adscritas.
Para rizar el rizo, permítanme aclarar que ese 80% de actividad proveniente de la Administración es facturado a coste, es decir, sin margen de beneficio para la sociedad. Y, por si fuera poco, el 20% restante emana principalmente de proyectos realizados para administraciones locales, proyectos europeos, etc. que son facturados con un margen mínimo.
En otras palabras, si introducimos en una misma coctelera la titularidad pública, la limitación 80%-20%, la facturación a coste y la finalidad de servicio público de los proyectos ejecutados desde el sector público empresarial da como resultado unas reglas de juego muy particulares en las que la obtención de beneficios se antoja muy complicada. Y precisamente con este empeño es con el que trabajamos día a día desde cada una de las sociedades públicas del Gobierno de Navarra con el objetivo último de alcanzar el equilibrio financiero que afiance la sostenibilidad del sector a largo plazo.
Pero detrás de las cifras, siempre frías y distantes, están los proyectos concretos de los que la sociedad navarra se beneficia directa o indirectamente y, sobre todo, están los trabajadores y trabajadoras que le ponen cara y ojos a esa función de servicio público que llevamos a gala desarrollar desde las empresas públicas navarras.
Extenso y variado es el abanico de las áreas de actividad en las que desarrollamos nuestra labor y generamos valor para la Comunidad Foral las 17 empresas públicas que actualmente integran el sector público empresarial: asesoramiento, innovación e investigación en el sector primario; soluciones tecnológicas; apoyo al tejido empresarial mediante préstamos, inversiones y concesión de avales; infraestructuras de telecomunicaciones e informáticas; impulso del emprendimiento; promoción de viviendas para compra venta o alquiler; depuración de las aguas que se vierten en los ríos; servicios de información territorial (cartografía); desarrollo lingüístico; gestión de infraestructuras culturales, de ocio y deportivas; gestión forestal y medioambiental; sistemas de información; promoción de suelo industrial; comunicación y atención al ciudadano; laboratorio; catastro; gestión de deudas tributarias, etc.
Entre toda esta diversidad, existen ejemplos conocidos por la sociedad pero que en la inmensa mayoría de los casos no son identificados con una empresa pública. Por destacar alguno:
Es bien notoria la apuesta del Gobierno de Navarra por un cambio en la política de vivienda que toma forma en el llamado Navarra Social Housing, Plan de Vivienda de Alquiler. Lo que no es tan conocido es que estas políticas son gestionadas a través de la sociedad pública NASUVINSA, que ha convertido el Plan en una referencia en Europa por adelantarse a la aplicación de los estándares de edificación sostenible Passivhaus (edificios de consumo energético casi nulo).
Asimismo, quizá tampoco esté tan asociada al perfil típico y tópico de una empresa pública la función desarrollada por el Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias (INTIA) consistente en generar conocimiento, aplicado a Navarra, mediante la realización de ensayos en el ámbito agrario. El sector transmite sus necesidades de conocimiento a INTIA, que se encarga de realizar la experimentación y la posterior transferencia de resultados al sector agrario.
Igualmente trascendente para el desarrollo de la Comunidad Foral es el devenir de su Administración de Justicia. En este caso, es la sociedad pública Tracasa Instrumental la encargada de desarrollar y evolucionar el Sistema de Gestión de Justicia AVANTIUS, el cual constituye un sistema de gestión integral de expedientes judiciales que permite que los distintos órganos competentes puedan intervenir, con la debida seguridad, dentro de un Expediente Único Electrónico. AVANTIUS ha sido también implantado con éxito en Cantabria y en el Principado de Andorra a través de convenios de colaboración entre Administraciones. En la actualidad, fruto de un convenio similar con el Gobierno de Navarra, Tracasa Instrumental se encuentra inmersa en la implantación del Sistema de Gestión de Justicia AVANTIUS en Aragón.
Como curiosidad, ¿sabían ustedes que el laboratorio de la sociedad pública Navarra de Servicios y Tecnologías, NASERTIC, es el que realiza los análisis toxicológico-forenses para la Policía Foral, principales cuerpos de policía municipal de Navarra y para las autoridades judiciales que así lo requieran? ¿O que toda la labor de atracción de rodajes cinematográficos está coordinada por la Navarra Film Commission, integrada en la empresa pública NICDO (Navarra de Infraestructuras de Cultura, Deporte y Ocio)?
Y como estos, por centenares se cuentan los proyectos que gestionamos anualmente desde las sociedades públicas alineados con las prioridades estratégicas del Gobierno de Navarra y los que sin tener la calificación de estratégicos son igualmente enriquecedores para nuestra región.
Dando un paso más allá, mayor relevancia tiene para nosotros la valoración general que hacen las personas que directamente han estado en contacto con esos proyectos y los/as profesionales que los llevan a cabo día a día.
Los sistemas de calidad implantados en las sociedades y las encuestas de satisfacción realizadas a clientes, visitantes, etc. como herramienta interna de mejora revelan datos antagónicos a los conceptos anclados en el imaginario colectivo en torno a las mismas. Como conclusión general cabe resaltar el altísimo grado de satisfacción tanto global como específica en cualquiera de los diversos términos sometidos a valoración (calidad técnica, eficacia, atención personal, …). Y es que, por lo que se desprende de estos resultados, la profesionalidad y la alta cualificación de los más de 1.100 trabajadores y trabajadoras del sector público empresarial de Navarra es una realidad palpable y, sin embargo, no es socialmente (re)conocida.
Hablamos de un personal que, contrariamente a ciertos prejuicios que carecen de base real, está sujeto a unos criterios de contratación que se ajustan estrictamente al Derecho Laboral y que se aplican mediante un riguroso procedimiento que garantiza que la selección se lleve a cabo atendiendo a los principios de publicidad, igualdad, mérito y capacidad, tal y como establece la Ley Foral 08/2009 de creación de la Corporación Pública Empresarial de Navarra (CPEN).
Esta no es sino una muestra más de los valores y principios enraizados en la profesionalidad con la que se gestionan las empresas públicas de Navarra y es nuestra responsabilidad ponerlos en valor abiertamente.
En conclusión, el compromiso que la Corporación Pública Empresarial de Navarra en su conjunto y las sociedades públicas individualmente tienen con la sociedad, no es solo utilizar los recursos públicos de una manera eficaz y eficiente, sino también conseguir un sector público empresarial equilibrado y sostenible que sirva de elemento de transmisión de valores, que fomente el desarrollo económico de la Comunidad Foral y facilite la ejecución de las políticas de los diferentes departamentos del Gobierno de Navarra. Todo ello con un equipo humano compuesto por más de 1.100 personas cuya profesionalidad y comportamiento ético constituyen el más firme de sus baluartes.
Desde las empresas públicas seguiremos esforzándonos por aprender y mejorar con el objetivo último de continuar aportando valor a Navarra y para que su sector público empresarial siga siendo un referente de gestión profesional y responsable.
*Artículo publicado en el número 300 de Negocios en Navarra, marzo de 2018